7. CONCLUSIONES
Y EL SENTIDO COMÚN EN LOS HÁBITOS ALIMENTARIOS
Cumpliendo las recomendaciones de consumo, y aportando el líquido necesario
(unos 2 litros de agua al día) estará garantizando la ingesta de todos los
nutrientes necesarios y su cuerpo podrá cumplir todas las funciones. De esta
forma también cumple con el consumo de fibra. No hay otra forma de
aprovechar al máximo los beneficios de cada nutriente.
Esto será así tanto en términos cuantitativos (cantidad de alimento)
como en variedad de alimentos, o lo que es igual a: Consumo de Calidad
Siguiendo este consumo también cumplimos con el perfil calórico adecuado:
- Proteínas:
15%
- Hidratos de
Carbono:
50-60%
- Grasas:
30-35% (<10% G. Sat.)
Recuerde que ni
el exceso ni la carencia son
términos aceptados por la salud.
La regla más vital es tener sentido común a la hora de aplicar todos estos conceptos. Es elemental aprender a tener
buenos hábitos alimenticios, pero no es sano obsesionarse con ellos:
- Las raciones recomendadas, los perfiles calóricos y el reparto energético
en las comidas siempre vienen indicados por consumo diario (algunos alimentos
semanales). Aprendemos sobre circunstancias y datos teóricos e idílicos.
- En la práctica, es difícil cumplir con ellos de esta manera. (En espacios
de tiempo diarios)
- Esto se debe en parte a que no comemos los alimentos por separado, si no
que los mezclamos para elaborar distintos platos.
- Si sigue las recomendaciones estos desequilibrios serán siempre moderados y
se irán suplementando día a día (es decir, cumpliremos con el perfil calórico a
largo plazo). Tener cuidado en los procesos de cocción y controlar salsas y
otros aditivos a los platos ayuda a moderarlos más.
- También se debe a que tenderemos a producir pequeños desequilibrios algunos
días para comer de forma variada y en cantidad suficiente a largo plazo, que es
lo importante.
- Estos pequeños desequilibrios se suplementan día a día; P. Ej.: un pequeño
exceso calórico y/o proteico y graso un día. Esto ha podido significar la
ingesta de menos frutas u hortalizas. Sencillamente se puede arreglar con
aporte extra al día siguiente y una pequeña reducción de los nutrientes que
hemos tomado en exceso.
- No hay que preocuparse, ni obsesionarse por estos desequilibrios. Se les
llama así porque lo son sobre el papel (por la ingesta diaria ideal teórica)
pero lo importante es mantener el equilibrio a largo plazo.
- Por lo tanto, no hace falta comportarse de manera excesivamente metódica,
calculadora u obsesiva. Sea racional y actúe con moderación. De lo contrario
podrían a empezar a aparecer desequilibrios “de verdad”.
- La cocina es un arte que despierta nuestros
sentidos. (¡Y en algunos incluso sentimientos!)
- No se preocupe por comer (desde la moderación) alimentos que
“desequilibren” su dieta en determinadas ocasiones (bodas, celebraciones,
eventos sociales o familiares… o porque deseé explotar su talento para la
pastelería un día, por ejemplo) Los hábitos saludables “depurarán” ese
desequilibrio con el paso de los días.
- La dieta sana comprende un consumo de calidad continuado, así que siempre
tiende a equilibrarse y a que estemos de forma óptima, y no hay que ser
extremadamente meticulosos como consecuencia de consumos “desequilibrantes” en
determinadas ocasiones. Lo único importante es el hábito cotidiano.
Comer es uno de los placeres de la vida. La educación alimentaria permite
aprender a disfrutar de ello beneficiando su salud mediante una dieta
equilibrada.